domingo, octubre 01, 2006

Hong Kong (19/20/21-VII-06)-香港

http://viajarconnenesachina.blogspot.com/
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Hong Kong 香港
Al dejar el President IV, que nos había introducido en la magia del Yangtze, cogimos un taxi que nos llevaría al aeropuerto de Yichang. De allí volaríamos a Guangzahou, justo al sur de China, en concreto la costa Meridional del Mar de China, limitando con Hong Kong. En Guangzahou tomaríamos un autobús (1:30 a 2 horas) hasta Hong Kong.
En realidad no teníamos forma de ir desde Yichiang a H. K., ya que consultando la pagina Web de vuelos internos http://www.elong.net/ vimos que no existían vuelos a esta ciudad. Aparte de esto, volar desde cualquier parte de China a H. K salía mucho más caro.
En el aeropuerto de Yichang la espera se hizo amena, ya que dentro encontramos un sapo y una de las mariposas gigantes de color oscuro que tanto abundan por este país. Hugo y Pablo se pasaron toda la espera hasta embarcar en el avión persiguiendo a la diversa fauna del aeropuerto.
En Guangzahou tomamos uno de los autobuses directos a Hong Kong que salían de casi todos los hoteles importantes por unos 400 yuanes toda la familia (40 euros). Este viaje se hizo un poco pesado y no lo recomiendo, ya que las medidas de control de pasajeros son mucho más tediosas y numerosas cuando viajas en bus que cuando lo haces en tren o en avión. Para empezar, cuando estas a unos 30 km. de H. K. te hacen bajar del autobús con todo el equipaje, y después de pasar un largo control de salida de China, te vuelven a montar en otro autobús diferente. Unos kilómetros más adelante, tienes que bajar de nuevo con todos los trastos y control de entrada a Hong Kong y vuelta a subir al mismo autobús. Llegada final a H. K. y vuelta a realizar otro controlito relativamente largo por el hecho de ser muchos pasajeros en diferentes autobuses.
Al final 3:30 de viaje. La vuelta desde Hong Kong a Guangzahou la hicimos en tren (760 dólares de H. K.= unos 100 euros todos), un tren moderno de dos pisos, cómodo y mucho más rápido (1:20 horas con un solo control incluido). Después de esta experiencia totalmente desaconsejado el bus Guangzahou- H. K. o viceversa, sobre todo si llevas mucho equipaje y vas con niños. Si el tiempo para ti no es un problema adelante con el bus.

Al llegar a Hong Kong sobre las 5 de la tarde, tomamos uno de los peculiares taxis de allí, rojo Ferrari, capota gris plata, impecablemente limpios y la mayoría con asientos de cuero negro.
El hotel que habíamos escogido se hallaba en el centro neurálgico de Hong Kong, en concreto en la propia isla de H. K. entre la zona de Wanchai y Admiralty.
El taxi accedió a la isla a través del túnel subterráneo y llego al Wharney Guangdong hotel Hong Kong, este nos hubiera valido 70 euros por noche reservado y pagado por Internet (en H. K: hay que pagarlo con antelación). Pero nosotros no sabíamos si estaríamos en H. K. el 19 de Julio, así que no nos arriesgamos a pagarlo de antemano, esto hizo que la noche en el Wharney nos saliera a 850 dólares de H. K. (unos 110 euros). También aquí nos dejaron meter a todos en una habitación doble con cama extra, menos mal por que por esos precios…
De todas formas ya sabíamos que esta ciudad iba a ser mucho más cara que el resto de China. La ventaja que teníamos es que la famosa bahía de H. K. y el Victoria Peak (552 metros) con sus vistas impresionantes estaban al alcance de un paseo.
Hong Kong es una ciudad con un bullicio y una vida especial. Le queda reminiscencias de su pertenencia a Gran Bretaña, como sus tranvías y autobuses de dos pisos, la conducción por la izquierda y por supuesto mucha población angloparlante. Por otra parte tiene su peculiar moneda, el dólar de H. K. (1euro= 7.5 dólares).

Esa misma tarde después de ducháramos salimos a pasear por las animadas calles de Wanchai y Admiralty con sus altísimos y modernos edificios, que al caer la noche se convierten en grandes torres iluminadas que le dan ese aire tan especial a Hong Kong.
Después de cenar nos dirigimos al embarcadero y tomamos uno de los barcos que recorren la bahía de H. K. en plena noche. Tomamos el último barco que salía ese día y curiosamente estuvimos los 5 solos, con todo el barco y sus camareros a nuestra disposición, estos barcos tienen durante el trayecto bebida libre sin alcohol, exceptuando cerveza.
Las imágenes de Hong Kong iluminado en plena noche, visto desde cierta distancia según se alejaba el barco eran fascinantes y otro de los momentos mágicos del viaje.
Al día siguiente, después de desayunar me fui a sacar los billetes de tren H. K.- Guangzahou en una agencia cercana al hotel, por el camino descubrí uno de los mercadillos callejeros que se pueden ver en H.K.
Así que después de ir a buscar a mi familia, lo primero que hicimos fue encaminarnos hacia ese mercadillo tan peculiar, lleno de toda clase de pescados y mariscos vivos, en una especie de paelleras gigantes, culebras, sapos…Hugo no salía de su asombro y se asomaba a todas las jaulas con “bicho”. Los niños pasaron un buen rato entretenidos.
Más tarde después de callejear y hacer alguna compra y comer a eso de las 12 de la mañana, nos encaminamos al Victoria Peak, de camino Hugo se durmió en su carrito (carrito que compramos expresamente para el viaje, ya que no la utilizaba hace años), así que decidimos meternos en el Pacific Place, uno de los centros comerciales, más glamurosos de Hong Kong, allí estuvimos haciendo tiempo y viendo tiendas de lo más variado.
Cuando se despertó salimos de la protección del aire acondicionado y proseguimos nuestro camino al Victoria Peak. Una vez allí hay que subirse al Peak Tram (un funicular rojo que te lleva a la cima). Arriba Hay varios restaurantes , cafeterías y construcciones con vistas a espectaculares de H. K. y su bahía, aparte de zonas ajardinadas, fuentes, miradores, tiendas… en fin un lugar preparado para el turista, con unas vistas imprescindibles.
A la vuelta, y después algunas compras, nos fuimos al hotel directamente. Nuestro hotel tenía piscina en una de las cubiertas, así que les dimos un momento de relax a los niños y de paso a nosotros.
Al día siguiente tomaríamos el tren hacia Guangzahou y luego vuelo a Shanghai. Hay que recordar que se necesita un visado de doble entrada a China si se va a Hong Kong desde la misma y luego se pretende entrar de nuevo, ya que sino tendremos grandes problemas burocráticos.
Visado de una entrada: 25 euros
Visado de Doble entrada: 35 euros
Al caer el sol salimos a cenar y a pasear, sabiendo que eran nuestras últimas horas en una ciudad tan especial.


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