domingo, octubre 01, 2006

Longsheng 龙胜 y el Espinazo del Dragón (14/15-VII-06)-the Dragon Backbone Rice Terraces





http://viajarconnenesachina.blogspot.com/

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Longsheng龙胜 y el Espinazo del Dragón

A la vuelta de Fuli comimos en Yangshuo y decidimos realizar algunas compras. Después cogimos un autobús 1:30H (70 yuanes todos)hasta Guilín.
Al llegar al hotel aprovechamos para bañarnos en la piscina, era el único hotel con piscina de todo Guilín. El primer día en la ciudad intentamos alojarnos en otro hotel más barato, pero tuvimos que atenernos a nuestras promesas anteriores cuando les habíamos dicho a los niños que iríamos a uno con piscina. Bueno, después de todo, uno de los lujos que nos podíamos permitir en China era aumentar la calidad de los hoteles y de las habitaciones, ya que no te ponían ningún impedimento a que nos metiéramos los 5 en una habitación. En principio teníamos reservados dos habitaciones en todos los hoteles con http://www.sinohotel.com/, donde no hay que pagar previamente salvo en Hong Kong. Pero viendo que el primer día de hotel en Beijing nos dejaban meternos en la misma habitación, me dije, esta es la mía. Desde entonces en todas la recepciones de hotel: “we want a room with double bed and one extra bed”, y con tres camas teníamos suficiente para los cinco dado el pequeño tamaño de alguno de los miembros de nuestra familia.
Bueno, sigo con el relato. Después de subir a la habitación y ducharnos decidimos ir a cenar a la zona comercial de Guilín, en concreto al MacDonald, si ya se lo que me vais a decir pero… Habíamos pactado con los chavales que alternaríamos comida China con los Mac. En estos, 5 menús salían por 72 yuanes (7.2 euros).Hay que decir que en todas las grandes ciudades de China están llenas de Mac, y que como todo el mundo sabe, en China no existen las colas, hay que escoger el mogollón mas pequeño delante de una caja y meterse en la barra por el morro. Un truco muy bueno es un enérgico ¡Hello! cuando tocabas barra (la cajera alzaba la vista) y empezar a pedir con las hojas de menú del mostrador.

Mujer de Longsheng

Piscina del Guilín Bravo

Puente de Longsheng



Pero por favor, no se pierdan la comida China, en esto hay opiniones para todo (incluso dentro de nuestro clan familiar), a mi parecer una delicia. Hay que desarrollar un sexto sentido para escoger un buen restaurante, y no me refiero al precio si no a las viandas. En cuatro días se le coge el truco.
Volviendo a la comida China hay que cuadrarse ante algunas maravillosas combinaciones de verduras, setas, carnes, todo esto bien regado con una Singtao, una buena cerveza rubia para el gusto Europeo…
Tirando la casa por la ventana, un restaurante Chino de tipo medio–alto para 5 personas, se pone entre 120 y 250 yuanes (12 a 25 euros), aunque es muy frecuente comer por menos. De hecho más de una vez comimos algún Kebab en los puestos callejeros, y aquí seguimos.
En fin vaya enrolle con las comidas, el caso es que al volver de cenar, con el mismo taxista que nos llevaba al hotel que no sabia ninguna palabra de ingles, llegamos a un acuerdo para que nos llevara al día siguiente a Longsheng y sus arrozales(a unos 95 Km. de Guilín), un servicio que duraría todo el día y cuyo precio acordado fue de 300 yuanes (unos 30 euros).
A nosotros el taxi nos salía a cuenta, ya que éramos cinco.
Para llegar al acuerdo con el taxista, le enseñe mi “Libro de Ruta”, con todos los destinos, hoteles, monumentos escritos en Chino Mandarín.
Le enseño la palabra Longsheng y espinazo del dragón, y asiente con la cabeza, le escribo 250 yuanes en un papel, y el saca su calculadora donde pone 350, pongo en su calculadora 300 y asiente. Luego le enseño mi reloj y giro las agujas hasta las 7:30 del día siguiente y quedamos a esa hora el hotel donde nos deja. Bueno esta operación duro unos 15 minutos, a veces hay que estar menos tiempo y otras más para llegar a entenderte con los chinos, pero bueno terminas cogiéndole gustillo y todos los taxistas han mantenido alguna vez experiencias de este tipo, por lo que ya saben que les espera una “carrera” larga solo con enseñarles un destino lejano.
Algunas veces encontrabas a algún taxista que hablaba algo de inglés, otras nada, pero todos, absolutamente todos conocen nuestra numeración (yo que me había aprendido los números Chinos) lo que para regatear, teniendo un boli y papel es suficiente. Además en casi todas las grandes ciudades y pueblos mucha gente (más de lo que se piensa) saben los números en ingles.

A las 7:15 de la mañana del día siguiente ya estaba nuestro taxista esperándonos mientras nosotros realizábamos el check out en el hotel, ya que por la noche volábamos a Chongquing.
Emprendimos la marcha a los arrozales, los niños y Marga aprovecharon y se durmieron en el taxi. Cuando llegamos a las primeras estivaciones montañosas de Longsheng les desperté para que vieran el paisaje aunque después de 10 segundos de reproches se volvieron a dormir.
En un punto concreto de la carretera apareció una especie de puesto fronterizo, donde había que bajarse del coche, pasar por una oficina, pagar unos tickets (creo recordar de 70 yuanes por cabeza, después de “regatear” solo tres tickets por los cinco)) por pasar y continuar el camino.
Cuando llegamos a Longsheng, mi familia al completo se reía de mí, pues mi forma de expresarme, mirar y emocionarme era la de una persona extasiada ante la cascada de estímulos visuales que tenía ante mí.
Las casas de madera en la ladera de la montaña, el río con su fuerza atravesando el pueblo, el puente colgante de lado a lado, las mujeres de Longsheng (que forman parte de una minoría étnica) con sus cabellos larguísimos, su amabilidad sin límites, las terrazas de arroz más arriba, en fin que subidón, yo expresando todo esto en voz alta, mi familia riendo más y más, las abuelas de Longsheng con mis niños…, los paseos por los callejones del pueblo.
Me encanta viajar y conocer otros puntos de vista, otras culturas, otras referencias…
Bueno después de este calentón místico que espero me perdonéis, proseguiré mi relato.
Después de la visita a Longsheng que el taxista aguanto pacientemente, retomamos el camino hacia el Espinazo del Dragón” o “Terrazas de Longji”.
Cuando llegamos allí (una especie de mirador) después de pasar un par de puertos, nos asaltaron unos cuantos lugareños que querían ser nuestros porteadores hasta la cima de las terrazas de arroz (solo a pie), pero no porteadores de mochilas si no de turistas. Se dedicaban a llevar en una silla China a los turistas que quisieran, por una escalera interminable que atravesaba casas de madera, a veces suspendidas de milagro en la ladera de la montaña, y que quisieran ahorrarse la caminata de 30-40 minutos hasta arriba. Después de la insistencia de Pablo y Hugo por vivir una experiencia un tanto especial, aceptamos que llevaran a los niños. Después de todo, ya llevaban más de una subida encima y estábamos a mitad de viaje.

Hugo y yo con las mujeres de Longsheng

Hugo y Pablo en la silla China en el Espinazo del Dragón

Todos en la cima del Espinazo

Otra visión de las Terrazas

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola miguel angel,
Lo 1º enhorabuena por tu blog y por vuestro viaje a china.
Dentro de un par de meses termino una oposicion y despues voy a tener mucho tiempo. Me gustaría hacer un viaje y he pensado en que China es una buena eleccion. Dispongo de casi 2 meses hasta la eleccion de la plaza y de unos 2000 euros.
Por ahora no tengo ningun compañero así que puede que tenga que irme solo. Podrías aconsejarme?
Mi correo es tomasrossignoli@gmail.com(seguro que te suena el apellido rossignoli. soy hijo de juanma)
Un saludo.

noticias dijo...

guaaa!! me encanta el blog, pero me poneis los dientes largos jajaj un saludo para todos

Menorca y las peonzas dijo...

Hola me a gustado la información y las imajenes del blog, yo hace días incluso meses que pienso en ir en china sobre todo para ver y conocer los artesanos que fabrican las peonzas. por supuesto comprar unas cuantas para mi colección, me gustaría que miréis mi blog se llama: Menor ca y las peonzas.
SALUDOS.