A primeros de año decidimos que
este verano realizaríamos un viaje por China. Bueno la verdad es que yo estaba
convencidísimo, y Marga, mi mujer no lo tenía del todo claro. Así que tuve que
usar un batallón de argumentos: que si la gripe aviar ya estaba controlada, que
si China era un país muy seguro, que era una ventaja viajar sin agencia porque
iríamos a nuestro ritmo y si queríamos quedarnos algún día más en una ciudad
podríamos hacerlo sin problemas…
Una
vez “convencida” la primera entusiasta fue Marga.
Queríamos ir a China antes de que el cambio social y cultural que entra por todos los
Queríamos ir a China antes de que el cambio social y cultural que entra por todos los
poros
de China, fuera tan grande que no reconociéramos nada de su esencia.
Por
otro parte queríamos ir con nuestros tres hijos (13, 10 y 4 años) y como casi
siempre viajando a nuestro aire, a nuestro ritmo casi siempre trepidante, pero
con la ventaja importantísima de poder parar o cambiar el rumbo en un momento
dado por cualquier circunstancia.
Así
que nos pusimos manos a la obra, informándonos por Internet de todos los
horarios y precios de vuelos internos en http://www.elong.net/, de trenes en http://www.travelchinaguide.com/, de barcos en www.yangtzecruises.cn/ , reservas de hoteles en http://www.sinohotel.com/, practicamos la pronunciación de palabras
básicas en chino en http://www.travlang.com/, traducimos palabras del chino al español y
viceversa en http://world.altavista.com/, Compramos la guía de conversación
chino-español de Espasa Calpe que nos fue muy útil.
Buscamos como se escribía cada destino en chino en la enciclopedia Wikipedia http://es.wikipedia.org/wiki/Beijing. Conseguimos mapas de los destinos y fotocopias de los billetes (moneda) de China y Hong Kong en http://www.google.es/. Consultamos y acudimos a un centro de Vacunación Internacional http://www.msc.es/ , encargamos los visados de doble entrada (por salida y entrada Hong Kong)…
Analizamos las dificultades a encontrar. Buscamos la mejor manera de viajar hasta allí,
Buscamos como se escribía cada destino en chino en la enciclopedia Wikipedia http://es.wikipedia.org/wiki/Beijing. Conseguimos mapas de los destinos y fotocopias de los billetes (moneda) de China y Hong Kong en http://www.google.es/. Consultamos y acudimos a un centro de Vacunación Internacional http://www.msc.es/ , encargamos los visados de doble entrada (por salida y entrada Hong Kong)…
Analizamos las dificultades a encontrar. Buscamos la mejor manera de viajar hasta allí,
Contratamos
un seguro de viaje; este último es importantísimo ya que por un módico precio
te cubren la hospitalización, medicación, traslados…Y en el hipotético caso de
que surja algún imprevisto las tarifas por estas atenciones pueden ser
astronómicas.
Teníamos que dejar muchas cosas atadas, siempre que se viaja con niños hay que hacerlo. Si uno va solo o con su pareja puede ir con menos planificación. Si un día uno se queda sin habitación (cosa improbable) y tiene que dormir en la calle ¿en verano?, o sin vuelo, no tiene demasiada importancia, y siempre hay alternativas, incluso se puede rebajar el nivel de los hospedajes. Pero con peques la cosa cambia y la planificación tiene que ser casi perfecta.
Teníamos que dejar muchas cosas atadas, siempre que se viaja con niños hay que hacerlo. Si uno va solo o con su pareja puede ir con menos planificación. Si un día uno se queda sin habitación (cosa improbable) y tiene que dormir en la calle ¿en verano?, o sin vuelo, no tiene demasiada importancia, y siempre hay alternativas, incluso se puede rebajar el nivel de los hospedajes. Pero con peques la cosa cambia y la planificación tiene que ser casi perfecta.
Dejando
siempre una vía de escape o una segunda alternativa por si hay que cambiar los
planes por tifones o similares.
Una de nuestras preocupaciones principales era atajar el jet lag. Hace tres años estuvimos en Ecuador y nos adaptamos al horario del país andino (con 7 horas menos creo recordar), acostándonos cada día un poco más tarde en los 10 días previos al viaje.
En esta ocasión al viajar al Este lo hicimos al revés.
Salíamos el 7 de Julio a las 4:30 de la tarde hora española, 11 horas de vuelo y nos plantaríamos allí a las 3:30 de la mañana hora española 10:30 de la mañana en Beijing (6 Horas más).
Una de nuestras preocupaciones principales era atajar el jet lag. Hace tres años estuvimos en Ecuador y nos adaptamos al horario del país andino (con 7 horas menos creo recordar), acostándonos cada día un poco más tarde en los 10 días previos al viaje.
En esta ocasión al viajar al Este lo hicimos al revés.
Salíamos el 7 de Julio a las 4:30 de la tarde hora española, 11 horas de vuelo y nos plantaríamos allí a las 3:30 de la mañana hora española 10:30 de la mañana en Beijing (6 Horas más).
Así
que 14 días antes del 7 de Julio empezamos a acostarnos 15 minutos antes cada
día.
Día 23 de Junio 11 de noche (Hora de acostarse)
Día 23 de Junio 11 de noche (Hora de acostarse)
Día
24 Jun 10:45 h
Día
25 Jun 10:30 h
D 26
Jun 10:15 h
D 27
Jun 10 h
D 28
Jun 9:45 h
D 29
Jun 9:30 h
D 30
Jun 9:15 h
D 1
Jul 9 h
D 2
Jul 8:45 h
D 3
Jul 8:30 h
D 4
Jul 8:15 h
D 5
Jul 8 h
D 6 jul 8 h
Al
final conseguimos acostarnos a las 8 de la noche en verano, con lo que esto
conlleva de renuncias. Antes tuvimos que hablar con los niños para concienciarles
de que las tardes de juegos y piscina en plenas vacaciones se irían acortando
por unos días. Ellos entendieron la situación y no con cierta resignación
acataron las circunstancias, incluso le pusieron un nombre de coña a este
nuevo horario: “el horario chinesco”.
Estos
horarios no siempre se cumplían a rajatabla, pero digamos que logramos
acostarnos muy pronto. El “horario chinesco” tenía un componente de ayuda, que
era el levantarse cada día más pronto. Allí estábamos los últimos días
levantándonos a las 6 de la mañana, desayunábamos y nos íbamos a pasear, para
que también fuera una adaptación dinámica. En cierta ocasión, y en los últimos
días de la adaptación, nos encontramos por la calle y a esas horas de la
mañana, a unos padres del colegio de nuestros hijos que venían de dejar al suyo
que partía muy temprano en el autobús hacia un campamento. No sé qué pensarían
al vernos en un parque y con los niños dando brincos en los columpios…
Bueno,
el caso es que con esta adaptación conseguimos que el día 7 de Julio, en el
avión y a las 8 o 9 de la noche los chavales se durmieran con más facilidad y
una buena cantidad de horas. Todo esto en el caso de Hugo y Pablo se cumplió
sin problemas, pero Miguel con 13 años era otro cantar y tardo más en dormirse
ya que se pasó parte de la noche “repasándose” el menú de películas que
proyectaba el DVD del avión.
Al llegar a Beijing a las 3:30 de la madrugada, Pablo y Hugo habían dormido de 6 a 7 horas. Para ellos despertarse a las 3:30 de la madrugada no sería un cambio tan brutal, ya que estaban acostumbrados a levantarse a las 6.
Al llegar a Beijing a las 3:30 de la madrugada, Pablo y Hugo habían dormido de 6 a 7 horas. Para ellos despertarse a las 3:30 de la madrugada no sería un cambio tan brutal, ya que estaban acostumbrados a levantarse a las 6.
Al
final conseguimos que el jet lag tuviera un desfase de 2:30 horas que siempre
es mejor que 6.
Como ya he comentado, a las 3:30 de la mañana hora española eran las 10:30 de la mañana en Beijing y los niños llegaron con muy buena disposición y bastante enteros a la capital China, con lo que aguantaron muy bien su primer día, acusando muy poco la diferencia horaria.
Como teníamos tres días en Beijing, podríamos adaptarnos plenamente antes de empezar a movernos por el gigante asiático.
Como ya he comentado, a las 3:30 de la mañana hora española eran las 10:30 de la mañana en Beijing y los niños llegaron con muy buena disposición y bastante enteros a la capital China, con lo que aguantaron muy bien su primer día, acusando muy poco la diferencia horaria.
Como teníamos tres días en Beijing, podríamos adaptarnos plenamente antes de empezar a movernos por el gigante asiático.
Bueno, el caso es que
con esta adaptación conseguimos que el día 7 de Julio, en el avión y a las 8 o
9 de la noche los chavales se durmieran con más facilidad y una buena cantidad
de horas. Todo esto en el caso de Hugo y Pablo se cumplió sin problemas, pero
Miguel con 13 años era otro cantar y tardo más en dormirse ya que se pasó parte
de la noche “repasándose” el menú de películas que proyectaba el DVD del avión.
Al llegar a Beijing a las 3:30 de la madrugada, Pablo y Hugo
habían dormido de 6 a 7 horas. Para ellos despertarse a las 3:30 de la
madrugada no sería un cambio tan brutal, ya que estaban acostumbrados a
levantarse a las 6.
Al final conseguimos que el jeg lag tuviera un desfase de 2:30
horas que siempre es mejor que 6.
Como ya he comentado, a las 3:30 de la mañana hora española eran
las 10:30 de la mañana en Beijing y los niños llegaron con muy buena
disposición y bastante enteros a la capital China, con lo que aguantaron muy bien
su primer día, acusando muy poco la diferencia horaria.
Como teníamos tres días en Beijing, podríamos adaptarnos
plenamente antes de empezar a movernos por el gigante asiático.