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Suzhou 苏州
Una vez realizado el check out dejamos casi todo el equipaje en el hotel de Shanghai, solo llevábamos el equipaje imprescindible para un día y medio en Suzhou, ya que en esta ciudad teníamos reservado hotel.
Que gusto viajar ligeros de equipaje, solo con una mochila que nosotros llamábamos de avance, como en la escalada, y que contenía lo imprescindible para el viaje de un día, aparte de esta llevábamos otra más pequeña que siempre teníamos encima. Ya en Yangshuo tuvimos la oportunidad de dejar atrás nuestros bultos, en esta ocasión con más razón, ya que nos quitábamos de encima entre otros trastos pesados a la mala bestia (por su peso) del Buda, que se quedaría descansando en el hotel de Shanghai.
Tomamos un taxi a la estación de trenes de Shanghai, una vez allí malas noticias, que ya intuíamos al ser Domingo. No había billetes a primera hora y el siguiente tren con plazas libres salía a las 12h, pero sin derecho a asiento.
Sin asiento en China puede significar hacinamiento masivo, como ya pude comprobar durante un paseo por los vagones del tren Xian- Pingyao.
Ante esta situación se nos pasó por la cabeza acercarnos a la estación de autobuses a unos metros de la de trenes. Pero allí estábamos los cinco con los chubasqueros puestos en el único día de lluvia de de nuestro viaje y sin un vehículo a la vista para viajar a Suzhou ni tiempo que perder.
En un momento determinado cogimos el primer taxi que pasó, después de negociar quedamos en 350 yuanes (35 Euros) por llevarnos a Suzhou. Siendo 5 tocábamos a 7 Euros por cabeza, no mucho más caro que el tren.
Increíblemente después de caernos una tromba de agua en las dos horas de trayecto, una vez llegados a Suzhou, no nos volvió a llover más.
Una vez instalados en el hotel, lo primero que hicimos fue visitar uno de los numerosos y bellísimos jardines de Suzhou. Estos jardines son de tipo zen al estilo japonés, con rocas, agua arena, plantas con apenas flores y ausencia de fuentes, este jardín estaba situado al lado del hotel, que a su vez estaba en la zona más moderna de la ciudad.
Esta zona de Suzhou está llena de tiendas carísimas, y por lo tanto se parece a cualquier otra ciudad moderna y contrasta con los numerosísimos bicicarros rojos y amarillos que pululan por la ciudad.
Después de visitar este jardín cogimos unos bicicarros que nos llevarían al Museo de la Seda. Pablo llevaba todo el viaje soñando con este museo, en parte debido a su interes por toda clase de animales, incluidos los gusanos de seda.
La verdad, es que es un museo que merece la pena visitar, muestra entre otras cosa la progresión en la crianza de los gusanos de seda, incluyendo estos en vivo en sus diferentes estadíos, incluye también una parte que muestra la progresión en el tratamiento de los capullos hasta llegar a la fina seda. Por otra parte estaban los telares de grandes dimensiones donde trabajaban tejiendo allí mismo dos mujeres, al parecer de manos mágicas viendo lo que eran capaces de hacer. También se puede apreciar las confecciones de diferentes épocas de diversas vestimentas tejidas con seda. Para terminar, tiene un apartado dedicado a la venta de prendas de seda. Los niños disfrutaron mucho de este museo viendo y tocando donde no había que tocar y aprendiendo de una manera amena un proceso milenario.
Al salir del museo nos fuimos a comer, más tarde visitaríamos la fantástica Pagoda del Templo del Norte. Esta Pagoda de 76 m de altura es la más alta de Suzhou y de toda la región. Construida por primera vez en la dinastía Song, se quemó en numerosas ocasiones. La pagoda actual se construyó en el siglo XVI, con madera y ladrillo, y tiene 9 pisos octogonales. Esta pagoda esta enclavada en unos jardines preciosos. Miguel y Pablo subieron corriendo todos y cada uno de los peldaños de esta gigantesca pagoda, Hugo disfruto muchísimo en la subida y bajada escuchando divertido los zapatazos que provocaban sus pisotones. En la entrada a la gran pagoda hay un Buda de piedra de enormes dimensiones que sorprende a todos los visitantes y donde la gente aprovecha para hacerse fotos.
El siguiente punto de visita sería uno de los jardines más completos, bellos y variados de Suzhou en concreto el Panmen Scenic (originariamente puerta de la ciudad) situado al lado del Gran canal que bordea la ciudad y es navegable. Hay que dirigirse a la Puerta de la Espiral (única puerta de la ciudad original) al sudoeste de Suzhou, allí podremos apreciar el arqueado puente del Wumen Qiao, la pagoda de Ruiguang. Curiosamente este es un jardín muy solitario, y que verdaderamente infundía tranquilidad y sosiego.
Más tarde, y después de un larga visita por este jardín, nos fuimos a dar un paseo por la zona de nuestro hotel. Es curioso observar en Suzhou, que al contrario que en otras ciudades donde abundan las bicicletas, aquí apenas se ven y todo el mundo va en motos o bicis eléctricas, eso si muy silenciosas, que unido a la demente conducción de los chinos las hacían un artilugio peligrosísimo. Curiosamente China es un país segurísimo para los turistas en todos los aspectos, con un índice cero de delincuencia, pero ¡ojo! amigo el verdadero peligro de China esta en el tráfico. Como en otros países en desarrollo los cruces son la ley del más fuerte por este orden: camiones, autobuses, cohes, motocarros, bicicarros, bicis y peatones. Todo esto en cualquier dirección, incluido dirección prohibida ,por encima de las aceras, pasos elevados o subterráneos de peatones, semáforos…En carretera se le puede echar la bronca al taxista si se pasa de lo permitido en estos países: Si vienen dos coches de frente( uno adelantando al otro) y nosotros adelantamos a otro a su vez, cabiendo los cuatro en la calzada, ¡no problem!, eso si, si sumamos cinco en la calzada griten al taxista y repréndanle, no lo volverá a hacer. Gritenle cuando quiera adelantar en un cambio de rasante en pleno puerto de montaña, si el gruñido-grito es convincente no hará falta un ladrido más.
Al anochecer y una vez cenados Marga y los niños se retiraron al hotel. Yo me fui a una de las múltiples minitiendas de comestibles que hay en todas las ciudades para comprar el desayuno del día siguiente. En China es muy difícil encontrar hoteles que tengan desayunos ni remotamente parecidos a un desayuno occidental, salvo en los concertados con las agencias. Fuera también es tarea imposible encontrar un establecimiento con desayuno a nuestro estilo, y no es que seamos unos tiquis miquis porque estábamos dispuestos a adaptarnos a todo. Pero claro en algunos hoteles quitando unos panecillos blancos a modo de masa blanca que solo nos gustaban a Pablo y a mí, lo demás eran sopas raras, bollos rarísimos y salados y otros desayunos varios.
Pero bueno, por otra parte una de las ventajas de todos los hoteles en China es que en sus habitaciones tienen un gran termo eléctrico donde puedes calentar leche, agua mineral, lo que se quiera, y automáticamente tienes el colacao, el café o el te. El café es bueno llevarlo en sobrecitos de antemano, porque es difícil de conseguir aunque no imposible, el Nesquik, colacao y sucedáneos se puede ver en ciertas tiendas con facilidad.
Total que teniendo café, colacao y termo que calienta, y a parte tazas de café que también hay en todas las habitaciones, solo hace falta conseguir la comida del desayuno. Los niños se aficionaron a unas tortas de arroz medio dulces medio saladas y unos cereales de trigo en barrita. A las galletas hay que cogerles el truco, ya que las hay de sabores rarísimos y no siempre dulces, al poco tiempo ya conoces el percal. En cuanto a la leche hay una gran cantidad de mini tetrabrit de muchos sabores, por lo que hay que asegurarse de que solo sea leche. En algunos pone pure milk, en otros señalas la palabra leche en la guía de conversación chino-español y los dependientes te indican. Después de unos días te haces un experto.
En cuanto a cereales en polvo, de biberón, también se pueden encontrar pero con bastante dificultad en grandes ciudades. Mejor llevar de sobra de nuestra marca habitual.
Hugo había cumplido 4 años el 21 de mayo, pero todavía se toma su biberón para desayunar y después de cenar. El cambio a los cereales enteros con colacao le está haciendo bien, pero come menos cantidad que con bibe, y no era momento de realizar experimentos donde podríamos tener problemas de abastecimiento y el niño iba a hacer u gasto extra. Así que preferimos que siga tomando su chute de bibe mientras se habitúa a los otros cereales. Al fin y al cabo no deja de ser lo mismo pero en otro formato y envase. Hugo por otra parte come muy bien de toda clase de alimentos, y en principio hasta después del viaje seguirá con este complemento que también le viene en esta etapa en un formato u otro.
Bueno, vaya royo de cereales y desayunos, pero algunos de ciertos consejos le pueden venir bien alguien, como a mi otros que leí en su momento para viajar a China.
El caso es que los bibes con cereales hay que batirlos porque si no quedan grumos, pero una batidora ocupa un montón. Así que un truco fantástico que probamos y funciono a la perfección, fue usar una mini batidora a pilas que en realidad era una batidora de cafés para hacer capuchinos, pero que es perfecto en su otro papel y no ocupa apenas espacio, se echa el cereal en el bibe y allí mismo se bate, no se necesita vaso adicional. En fin todo un invento par padres viajeros o par amantes de los capuchinos en cualquier circunstancia.
Al día siguiente cogeríamos un autobús para Shanghai, aunque antes iríamos a visitar el Puente del Cinto Precioso con 53 arcos…
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