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Shanghai II
Nada más desayunar y dejar el hotel de Suzhou nos dirigimos a ver el Puente del Cinto Precioso al sudeste de Suzhou a 4 kilómetros, una construcción Tang que cruza el gran canal y tiene 53 arcos y esta catalogado como una de los puentes más emblemáticos de China.
Después de ver el puente, fuimos a la estación de autobuses y compramos cinco billetes. Cada media hora salían autobuses repletos para todos los destinos. Todo estaba muy organizado en las grandes estaciones, carteles luminosos que señalaban la entrada a las cocheras cinco minutos antes de que saliera tu autobús...
Era en las estaciones de tren y autobús donde verdaderamente nos miraban con gran curiosidad. Ni un solo extranjero en esta estación, solo cientos de chinos, pero que agradable sensación de independencia. Allí estábamos nosotros descansando al estilo Occidental (sentados en el suelo), Pablo se ponía en cuclillas planta en suelo al igual que los chinos en posición de descans

Llegamos a Shanghai relativamente temprano y nos fuimos directamente al Bund, para atravesar el túnel subterráneo al Pudong. Este pasadizo cruza el rió Huangpu en unas cabinas transparentes que van sobre raíles y desde donde se pueden apreciar todos los efectos especiales de luces y sonidos al estilo Guerra de las Galaxias. Los niños encantados claro.
En el Pudong tuvimos entretenimiento para un buen rato, entre visitas, comida y un cafelito relajado y en condiciones en un gigantesco centro comercial.
Cuando llego la hora de volver y después de atravesar de nuevo el túnel, aprovechamos que era lunes para hacernos alguna foto en el Bund a plena luz del día y sin competencia. Después nos retiramos al hotel ya que a las 7:30 de la tarde salía nuestro tren Shanghai-Beijing, donde cerraríamos nuestro maravilloso ciclo viajero.
La cantidad de bultos (que había aumentado en tres mochilas más, una grande y dos peques) y de pasajeros provocaba que algunos taxistas nos rechazaran como viajeros, después de tres intentos conseguimos un taxi directo a la gigantesca estación de Shanghai.
Unos mozos se ofrecieron nada más llegar al aparcamiento subterráneo de taxis de la


El tren de Shanghai-Beijing que sale a las 7:30 y que hace el recorrido en 11 horas(1200km) no tiene literas duras lo que es una salvación, ya que las literas blandas nos permiten una habitación personal para los cinco con cuatro camas y derecho a cena. Con lo que evitamos los problemillas que tuvimos en el del tren Beijing-Pingyao,cuando viajamos en litera dura.
El tren nos sale por 500 yuanes por billete (4 billetes, Hugo no paga), en total 200 Euros. Hugo en principio iba a dormir con Pablo, pero al final nos lo hemos turnado su madre y yo en los diferentes viajes de tren.

Cena tipo avión, aire acondicionado, habitaciones con una pequeña mesilla auxiliar, termo de agua caliente, en fin comodidades máximas para un viaje en tren.
En otros viajes en tren habíamos tenido nuestros desvelos, pero a estas alturas del viaje dormíamos como troncos.
A las 6:30 de la mañana llegaríamos a Beijing, teníamos ganas de reencontrarnos con esta increíble ciudad, los tres primeros días de los 23 de viaje nos habían dejado un recuerdo intenso y todavía teníamos dos días más.
La Dama de Shanghai
Torre Jinmao y Hugo
Bicis en Shanghai
Túnel del río Huangpu
Tren Shanghai-Beijing
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